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EL CABO. AUDITORIO

La nueva zona de expansión de la ciudad, denominada Cabo-Llanos, comenzó a desarrollarse a partir del año 1992. Antiguamente era un pequeño barrio de pescadores, los cuales fueron reubicados en la periferia. Actualmente acoge los recintos de ocio y cultura más importantes de la Isla, así como las principales sedes administrativas y judiciales de Tenerife y destacados centros comerciales.

En este citado enclave podemos visitar los siguientes espacios:

AUDITORIO DE TENERIFE ADÁN MARTÍN

El Auditorio de Tenerife Adán Martín, obra del arquitecto Santiago Calatrava, es un edificio de fuerte impacto escultórico. Ubicado en la Avenida de La Constitución, en la zona de Cabo Llanos, representa un gigantesco barco de vela de mosaico blanco o una majestuosa ola que se escapa del mar colindante.

Su construcción comenzó en 1997 y finalizó en 2003, siendo inaugurado el 23 de septiembre de dicho año por el entonces príncipe de Asturias, Felipe de Borbón. En un principio se llamó Auditorio de Tenerife, pero en el año 2011 cambió de nombre en memoria del fallecido Presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín.

Cuenta con dos salas acondicionadas para conciertos, musicales y obras de teatro y entre las múltiples personalidades que lo han visitado destaca el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, o el ya fallecido científico Stephen Hawking.

Actualmente es la sede de la Orquesta Sinfónica de Tenerife.

BATERÍA DE SAN FRANCISCO

Justo enfrente del Auditorio de Tenerife Adán Martín se encuentra la Batería de San Francisco, la cual perteneció al sistema defensivo de la ciudad desde el último tercio del siglo XVIII, cuando Santa Cruz era considerada Plaza Fuerte, dado que contaba con una veintena de castillos y baterías que, por diversas circunstancias se han ido perdiendo.

Es un magnífico ejemplo de la arquitectura militar y posee un gran valor histórico, pues estuvo en servicio durante la defensa de la ciudad frente al ataque de la flota inglesa al mando del contralmirante Horacio Nelson en 1797, y está ubicada en el eje litoral de la ciudad en un entorno urbano de fuerte desarrollo

En la actualidad, se están realizando excavaciones para descubrir lo que existe debajo del manto de tierra que la cubre.

ERMITA DE REGLA

En el año 1643, terminada la construcción del castillo de San Juan, el Cabildo consideró conveniente dotar a su guarnición de un oratorio o capilla en lugar cercano, puesto que entonces aquellos parajes quedaban muy alejados del núcleo de población. Este fue el origen de la actual ermita de Regla, al principio dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe.

La imagen, de origen americano, actualmente conocida como Nuestra Señora de Regla, era de gran devoción entre los marineros, y posiblemente fue donada por el piloto de la carrera de Indias Domingo Díaz Virtudes, quien en 1666 dejó en su testamento un legado de cuatro mil reales para la ermita. En el siglo siguiente su mayor benefactor fue el comerciante y naviero Matías Rodríguez Carta, que dio mayor amplitud a la capilla y sacristía, mejorando los materiales y los ornamentos.

Aquel barrio de pescadores demostraba gran devoción a la Virgen de Regla, especialmente en su festividad que se celebraba el 8 de septiembre, cuya procesión era saludada desde 1666 con salvas desde el castillo. No obstante, su culto decayó en el siglo XIX hasta el punto de que la ermita pasó por un sinnúmero de vicisitudes.

Cuando la epidemia de fiebre amarilla asoló la ciudad entre los años 1810 y 1811, al no haber más espacio disponible en las iglesias para los enterramientos, esta ermita se utilizó para dar sepultura a los fallecidos por la enfermedad. Allí se enterraron dos hijos del comandante general Ramón de Carvajal, junto a otros personajes conocidos, entre los que se cuenta el mariscal de campo José de Arriaga, y numerosos vecinos en apretadas zanjas, lo que obligó en los años siguientes a suspender las fiestas por el calor y la gran cantidad de cadáveres que se encontraban bajo el pavimento.

LEl sitio se consideraba tan a trasmano que fue, en un solar inmediato, el lugar elegido para ejecutar a Ángel García “Cabeza de Perro”, pirata famoso por su crueldad. Poco después, por una nueva epidemia, esta vez de difteria y sarampión, el obispo ofreció aquel recinto al Ayuntamiento para hospitalillo de aislamiento y, en 1898, con motivo de la guerra de Cuba se utilizó como depósito militar. También se habilitó en el pasado siglo como escuela para el barrio de Los Llanos. Más tarde, en 1943, se erigió en parroquia, iniciativa que no prosperó.

La fábrica ha sufrido una adulteración casi total, al haber perdido la cubierta a cuatro aguas de tejas árabes y, entre otros detalles, eliminada la espadaña original de la fachada, en el ángulo de la Epístola, que ha sido sustituida por otra central de dimensiones desproporcionadas. Además de presentar serias señales de deterioro en los paramentos exteriores, las rasantes de las vías circundantes han ganado altura y la ermita ha quedado a más bajo nivel, lo que ocasiona graves problemas cuando llueve con apenas cierta intensidad. La significación histórica y social de este pequeño templo es merecedora de una profunda remodelación.

Actualmente, el antiguo barrio de pescadores de Regla ha desaparecido, absorbido por modernas vías y edificaciones. No obstante, los antiguos vecinos y sus descendientes, residentes hoy en otras zonas de la capital, siguen celebrando cada 8 de septiembre, en la pequeña ermita, la festividad de Nuestra Señora de Regla.

CASTILLO DE SAN JUAN BAUTISTA

Aunque modificada a lo largo de los años, se trata de la única fortaleza que se conserva entera entre las más antiguas que formaron parte de la línea defensiva de la plaza. Su construcción, costeada por el Cabildo de la isla y con aportaciones vecinales, comenzó hacia 1641 y se finalizó en 1643 y, al no haber sido hecho con cargo a los caudales de la Real Hacienda –lo mismo ocurría con el castillo principal de San Cristóbal-, el rey Carlos I concedió el privilegio de poder nombrar a sus castellanos, en contra de lo que era habitual para las fortalezas reales, privilegio confirmado por Carlos II en 1684. Hay constancia de reparaciones en 1685 y de que se hicieron reformas entre 1765 y 1767. Su estructura es de sillería basáltica y dispone de foso que alimenta el agua del mar, con puente de acceso.

En 1788, este enclae estaba artillado con cinco cañones de a 24, dos de a 16 y un mortero de a 9, y estaba guarnecido, incluyendo a los mandos, por 13 hombres, que en caso de guerra se preveía aumentar a cerca de un centenar. Esta fortaleza del flanco Sur de la línea fue la tercera en importancia con que contó la marina de Santa Cruz, siendo las otras dos la desaparecida de San Cristóbal, en el centro –actual plaza de España-, y la de Paso Alto, al Norte del puerto.

En la noche del 24 al 25 de julio de 1797, en ocasión del ataque de las fuerzas mandadas por Horacio Nelson, este castillo casi no tuvo oportunidad de intervenir, pues sólo disparó cuatro cañonazos, con simple intención disuasoria y sin consecuencias, al apreciar que algunas lanchas inglesas de las que llegaron a la desembocadura del barranco de Santos, habían derivado al Sur, acercándose a sus inmediaciones. No obstante, su guarnición se había reforzado con 30 soldados franceses de la corbeta La Mutin –robada del puerto dos meses antes por los ingleses- al mando de uno de sus oficiales.

El paraje en que está ubicado el fuerte era conocido desde los primeros tiempos como Caleta de Negros, sin que exista constancia de la razón de tal nombre, aunque es posible que este topónimo haya contribuido a que el castillo sea también conocido como Castillo Negro. En 1924 se declaró inadecuado para el servicio, y en 1948 se cedió al Cabildo para la creación de un Museo Militar, que no llegó a prosperar en aquel recinto.

Actualmente es propiedad municipal y, aunque su estado de conservación es bueno, no está claro el destino que desea dársele, a pesar de las muchas posibilidades que ofrece.

CASA DE LA PÓLVORA

Ante la necesidad de disponer en la plaza de un sitio donde custodiar la pólvora, en 1756 se iniciaron las obras de este almacén, que se dieron por terminadas dos años más tarde. Anteriormente la pólvora se guardaba en una casa del Cabildo cercana a la ermita de Regla, pero había quejas por el derroche que se hacía en salvas sin motivos justificados: en 1706, al presentar la cuenta, el condestable del castillo informaba que en diez años se habían gastado en salvas 6.731 libras, que el Cabildo mandó se cobrasen a los últimos alcaides. No obstante ello, transcurridos veinte años, el comandante general marqués de Valhermoso fue acusado en el Consejo, entre otras cosas, que consumía la pólvora en salvas.

Cuando el polvorín cumplía poco más de la treintena de años de su puesta en servicio, se cayó en la cuenta de que el almacén estaba situado en un lugar de riesgo en el caso de un ataque desde el mar y la pólvora se llevó al castillo de San Joaquín, en La Cuesta, lugar demasiado alejado de las defensas costeras. Por fin, hacia 1887, se decidió su traslado al polvorín de Taco, lugar no menos lejano, aunque ya las circunstancias y la logística militares habían cambiado. El almacén cercano al castillo de San Juan Bautista, en desuso desde muchos años antes, fue cedido al municipio en 1926.

El edificio, de cantería basáltica del país y de ciclópea apariencia, constituye una auténtica reliquia y ejemplo de la tipología de construcciones de uso militar y está actualmente desocupado en un enclave privilegiado dentro de la actual zona de expansión urbana, entre el castillo de San Juan y el moderno Parque Marítimo. Ha sido utilizado esporádicamente como sala de exposiciones y sería un buen emplazamiento para muestras de arte, cartografía histórica o artesanía.

En el lugar que ocupa el Parque Marítimo estuvo enclavado el Lazareto de la población, en un edificio adquirido por el Cabildo en 1784 y que originalmente había sido construido por la iniciativa privada para dedicarlo a secadero y salazón de pescado. Se utilizó para las cuarentenas de los viajeros que llegaban de puertos infestados y como hospital de contagiados hasta los primeros lustros del pasado siglo. La montaña que lo cierra por el Sur es en realidad la acumulación producida por el vertedero de la ciudad durante largos años, sobre el que se trabaja para crear un gran palmeral con especies de los cinco continentes.

PARQUE MARÍTIMO CÉSAR MANRIQUE

El Parque Marítimo se ubica actualmente en un tramo del litoral al extremo sur de la ciudad que, calificado históricamente como zona polémica, quedó marginado del desarrollo urbano y restringidas las actividades en él practicadas, a la pesca artesanal de bajura y los resultantes de la ubicación del Lazareto u hospital de aislamiento. Posteriormente, la autorización para la instalación de la Refinería de Petróleo, la cual comenzó a operar en 1930 para sustentar la base de abastecimiento energético de Canarias, hizo de este enclave un lugar marginal dentro de la capital durante muchos años.

Para buscar una solución a este problema se planeó una una ambiciosa operación de saneamiento, felizmente conseguida, mediante la implantación de una zona recreativa y de ocio, al propio tiempo que un jardín botánico denominado Palmetum.

Fue este, por tanto, el origen del Parque Marítimo, el cual abrió sus puertas en 1995, siendo la última y póstuma obra del célebre artista lanzaroteño César Manrique. De su idea original, los ingenieros José Luis Olcina y Juan Alfredo Amigó llevaron a cabo este ambicioso proyecto de más de 22.000 metros cuadrados y que hoy se ha convertido en un símbolo de la capital formando parte del paisaje de la ciudad. Su integración en el casco de la localidad y su cercanía y permanente contacto con el mar, lo convierten en un espacio de belleza única, a la vez que accesible y cercano.

Para su diseño se utilizaron elementos naturales como rocas volcánicas, palmeras y plantas ornamentales junto a cascadas de agua salada. Todo ello aderezado con los inconfundibles juguetes de viento manriqueños.

Además de sus 3 piscinas de agua salada cuenta con servicios de restauración, tiendas, vestuario, ludotecas, duchas y gimnasio además de servicios de alquiler de hamacas y sombrillas, convirtiéndolo en un sitio ideal tanto para actividades turísticas como familiares, de ocio y de descanso.

Cuenta con un lago de 7.800 metros cuadrados, que se sitúa en torno a una isla, con jardines a diferentes alturas y tres piscinas de agua del mar, todo decorado con elementos naturales como son rocas volcánicas, palmeras y plantas ornamentales, junto a diversas cascadas de agua.

Amplias terrazas, solarios y piscinas se distribuyen en torno a elementos de la historia de Santa Cruz, como el Castillo de San Juan, la Casa de la Pólvora o la cascada basáltica, todo bajo una línea arquitectónica de austeridad militar que simula a la referida fortaleza en el uso de la cantería oscura.

RECINTO FERIAL DE SANTA CRUZ

El Centro Internacional de Ferias y Congresos de Tenerife, también conocido como Recinto Ferial, se ubica en la Avenida de la Constitución, la cual conforma la nueva zona de expansión de la ciudad, denominada Cabo-Llanos, que comenzó a desarrollarse a partir de 1992.

Obra del arquitecto Santiago Calatrava, el Recinto Ferial fue inaugurado en 1966. Fue catalogado como Centro Internacional de Ferias, Congresos y Exposiciones por sus grandes dimensiones, modernas infraestructuras y equipamientos y en su interior se celebran desde conciertos a campeonatos de boxeo o muestras de todo tipo.

Durante las fiestas del Carnaval, se celebran casi todo los concursos y la Gala de Elección de la Reina de Santa Cruz de Tenerife.

ESPACIO CULTURAL EL TANQUE

El Tanque es un espacio cultural emblemático de Tenerife, surgido a partir de la rehabilitación de un depósito industrial de la refinería, proyecto desarrollado por AMP (Artengo, Menis y Pastrana, Arquitectos) en al año 1996, aunque se abrió al público el 17 de julio de 1997.

Su valor documental y representativo, como muestra de la historia industrial de la ciudad se aúna con el valor estético del espacio, que ha recibido Premio Regional de Arquitectura Manuel Oraá y Arocha 1998 (Colegio de Arquitectos), así como el Premio LAUS´99.

Asimismo, fue seleccionado en los premios IBERFAD en el año 1998 y distinguido en la V Bienal de Arquitectura 1999, organizada por el Ministerio de Fomento y el Consejo Superior de Arquitectos de España.
En el año 2004, El Gobierno de Canarias declara al Espacio Cultural el Tanque Bien de Interés Cultural (BIC), otorgándole la categoría de Monumento Histórico.

COMPRAS:
Con una media de 21 grados centígrados durante todo el año, Santa Cruz ofrece la posibilidad de comprar en la mayor zona comercial abierta de la isla. Comercio cercano y grandes marcas se mezclan en un entorno al aire libre donde vecinos y visitantes hacen de comprar, una experiencia única. Cuenta con una significativa variedad de tiendas, cafeterías, bares y restaurantes para pasar un agradable día de compras y de ocio. En la ciudad están presentes las mejores boutiques y marcas internacionales donde las últimas tendencias se exponen en sus escaparates. En sus calles comerciales conviven grandes almacenes y galerías comerciales con el comercio tradicional en donde destaca el trato personalizado y la calidad de sus productos. Todo ello en un entorno agradable y cercano, que invita al paseo y a visitar la ciudad a través de sus parques, plazas y jardines y a sentarse a “tomar algo” en alguna de sus muchas terrazas.

La cercanía de los comercios y restaurantes entre sí hacen de la visita a Santa Cruz una experiencia única, además de contar la ciudad con fáciles accesos dotados con suficientes plazas de aparcamientos y servicios de transporte público: tranvía, guagua y taxi.

Le proponemos conocer la ciudad a través de algunas de las siguientes rutas comerciales:

Ruta  Centro 1: Calle Pérez Galdós, calle Viera y Clavijo, calle Méndez Núñez, calle Pi y Margall, calle Suárez Guerra, calle El Pilar, Centro Comercial Parque Bulevar, calle La Rosa y calles próximas. Disfruta de una experiencia de compras, en la que podrá encontrar todo tipo de tiendas de ropa, complementos, calzado, joyas, relojes, perfumes…La ruta se caracteriza por concentrar gran cantidad de boutiques y ropa de firma, con una atención exquisita y una variada oferta de prendas únicas.

Ruta Centro 2: Plaza de La Candelaria, calle Castillo, calle Imeldo Serís, Calle Valentín Sanz, Calle Bethencourt Alfonso y calles próximas. En pleno centro de la ciudad encontrarás la calle Castillo, área tradicionalmente comercial en la que destacan todo tipo de franquicias internacionales y cadenas comerciales de moda. La ruta se extiende alrededor de esta calle, que nace en la Plaza de Candelaria y llega a la plaza de Weyler.

Ruta Ramblas: Plaza Weyler, Rambla Pulido, Rambla de Santa Cruz y calles próximas. Esta Ruta se caracteriza por que la actividad comercial se localiza en torno a dos Ramblas: Rambla de Santa Cruz y Rambla de Pulido. Podrá encontrar una variada oferta comercial caracterizada por el trato amable y la calidad de los productos. En la Rambla de Santa Cruz se encuentran la exposición de esculturas en la calle haciendo la experiencia de las compras más agradables.

Ruta Centros Comerciales: Esta ruta se caracteriza por la presencia de grandes superficies y centros comerciales alrededor de los cuales se pueden encontrar un amplio conjunto de tiendas y restaurantes para todos los gustos. Tiene como ejes principales las Avenidas Tres de Mayo y Manuel Hermoso Rojas, Calle Álvaro Rodríguez López, Calle Aurea Díaz Flores, Avenida La Salle y calles próximas. En la ruta se puede disfrutar de una importante oferta de ocio tanto en el interior de los centros comerciales (cines, restaurantes, servicios personales) como en el exterior (Auditorio de Tenerife Adán Martín, Recinto Ferial de Tenerife, Parque Marítimo César Manrique y Palmetum).

Ruta Mercado: La Recova, Rambla Azul, centro comercial de la Recova y el Rastro de Santa Cruz (solo los domingos). En esta ruta se puede visitar una de las zonas con mayor actividad comercial de Santa Cruz. Su núcleo central lo constituye el Mercado de Santa Cruz de Tenerife, La Recova, abierta desde 1944 y heredera de la Recova vieja, que se remonta al siglo XIX. En La Recova podrá encontrar los alimentos más frescos de Canarias y de todo el mundo. Está especializada en frutas y verduras, carnes y pescados, aunque en ella puede adquirir todo tipo de alimentos, así como productos típicos.

El edificio, donde se encuentra La Recova, es de estilo neocolonial y está dispuesto en 2 grandes plantas, con patios abiertos agradables para el paseo y para deleitarse admirando la gran variedad de alimentos frescos a la venta. También dispone de cafetería con terraza para descansar y degustar bebidas y comidas de todo tipo. El horario del Mercado Nuestra Señora de África es de lunes a sábado de 06:00 a 14:00 horas y domingos de 07:00 a 14:00 horas.

Junto al mercado se encuentra la Rambla Azul cuyo horario es de lunes a domingo de 09:00 a 14:00 horas y el Centro Comercial con más de 40 tiendas y cafeterías, y cuyo horario es de lunes a sábado de 09:00 a 21:00 horas y domingo de 09:00 a 15:00 horas.

El Rastro de Santa Cruz es un mercadillo que se celebra los domingos por la mañana en la Avenida José Manuel Guimerá y en torno de la Recova, prolongándose hasta la Calle Bravo Murillo. En éste se puede encontrar variedad de artículos, antigüedades, prendas y complementos de primera y segunda mano en un ambiente festivo y familiar.

 

GASTRONOMÍA:
Como corazón de Tenerife, Santa Cruz alberga una amplia oferta gastronómica. Todas las partes del mundo estén representadas en el municipio. Un lugar en el que el sector gastronómico ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años y que está caracterizado por una zona metropolitana que alberga ya dos estrellas de la prestigiosa Guía Michelin.

La gastronomía de un pueblo es sin duda, seña de su identidad e idiosincrasia. En este sentido, las Islas Canarias pueden presumir de una cocina sencilla y original, tanto en la elección de los ingredientes como en los procesos de elaboración de sus platos, basada en la herencia guanche y con una clara influencia española.

Sin embargo, a pesar de su sencillez, la cocina tradicional canaria es auténtica y rica en sabores que le otorgan una personalidad propia, a lo cual han contribuido el clima del archipiélago y la utilización de los productos cercanos del mar y la tierra.

Entre los ingredientes de la cocina tradicional canaria, son de reconocido protagonismo, productos del mar tales como los pescados y moluscos, siendo los más destacados la vieja, pescado blanco de sabor suave, el choco, una especie de calamar de mayor tamaño, o el cherne, pescado que se consume en salazón o cazuela.

De la tierra, la batata y la papa, siendo ésta última famosa en su versión “papas arrugadas” (papas hervidas con su cáscara), son indiscutibles acompañantes de carnes y pescados. Productos de la huerta como el tomate, la cebolla, el ajo, el pimiento y la pimienta, la calabaza y el calabacín o “bubango”, los berros, el cilantro y el perejil, tienen aplicación en potajes, pucheros, y en la preparación de la famosa salsa canaria “el mojo”, en sus dos versiones, verde (de cilantro) o “colorado” (mojo picón).

Respecto a las carnes, destaca la elaboración de platos basados en el cerdo, el conejo y el cabrito, preparados como guisos en salsa, fritos o asados.

La leche de cabra es el ingrediente básico de los quesos canarios, que se consumen frescos, semicurados o curados e incluso ahumados.

Pero hay un producto de la cocina canaria, derivado de cereales como el maíz, el trigo o la cebada, que se ha consolidado como “símbolo” de la cultura gastronómica de las islas, hablamos del “Gofio” (molienda fina y tostada de estos cereales), que tiene múltiples aplicaciones culinarias, pues el gofio ha sido el “pan de los canarios” amasado con agua y sin cocción, se consume “revuelto” con caldos (escaldón) o potajes, e incluso mezclado con miel y almendras, a modo de postre. Su consumo está tan generalizado, que, en muchos hogares, se estila “desayunar” mezclando el gofio con leche y azúcar. Otros productos, complemento de la gastronomía de las Islas Canarias son los caldos o vinos canarios, de los cuales Tenerife es ejemplo. La isla se divide en cinco regiones o comarcas vinícolas, estando Santa Cruz de Tenerife enmarcada dentro de la Comarca Tacoronte- Acentejo.

Una de las tendencias que más auge está alcanzando en los últimos años, ha sido la diversificación de la cocina tradicional dando lugar a una nueva rama más creativa y contemporánea, llamada “Cocina de Autor”, que si bien conserva su base en el uso de productos tradicionales, innova a través de la introducción de nuevos y exóticos ingredientes, muchos de ellos foráneos, mezcla de sabores que aportan originalidad a la receta y hace énfasis en la presentación de los platos, convirtiéndose éstos en creaciones artísticas de los expertos cocineros.

El sector de la restauración del municipio de Santa Cruz de Tenerife lo tiene “todo”. El visitante puede encontrar lo mejor de la cocina tradicional presente, mayoritariamente, en los restaurantes o “guachinches” de la zona de Anaga, y en el resto de la ciudad, se pueden encontrar establecimientos que ofrecen desde cocina tradicional canaria y exquisita cocina de autor o creativa, hasta una amplia oferta de gastronomía regional española, tascas de “tapeo” y gran variedad de restaurantes de cocina internacional.